En 2017 dibujé

 
Me paro un segundo a reflexionar sobre este año 2017 que dejamos atrás y empiezan a venirme a la mente un montón de momentos y vivencias que me llenan de alegría.
En diciembre de 2016 me anunciaba el oncólogo que estaba limpia de cáncer, o lo que es lo mismo, de ese tsunami que había puesto mi vida patas arriba. Con esa noticia y siendo fin de año, no podía evitar visualizar 2107 como un lienzo en blanco y a mí como la artista que tenía en su mano el pincel para dibujar la vida con los colores que quisiera. Veía claramente que todo empezaba de cero y que tenía el increíble poder de incluir en mi vida lo que quisiera, de hacerla a mi imagen y semejanza con una libertad que nunca antes me había planteado.

Lo que no sumaba lo dejé ir con la quimioterapia, y lo que quedó fue un fuerte sentimiento de agradecimiento unido a una gran emoción por «vivir viviendo de verdad». Una voz rotunda me decía:
¡¡¡¡Venga, ya se acabó…Vámonos a vivir!!!!
Al 2017 (el AÑO 1 para mí) puedo darle las gracias por todas las cosas buenas que me ha traído, por todos los cambios positivos que ha habido, por las vivencias y las personas tan geniales que han estado en mi vida ¡Pero no! No le voy a agradecer eso a 2017 porque no lo consiguió un número, todo eso lo hice YO. 
Empezó el año y tenía un lienzo en blanco con 365 páginas en las que fui dibujando lo que quería tener en mi vida. Dibujé el amor de los míos, de los que más quiero; el mío hacia ellos y el mío hacia mí y el apoyo de Dios en mi vida. Dibujé salud con recetas sanas, deporte y descanso. Dibujé autoestima, poniendo valor a mis pensamientos, mis opiniones y mis sentimientos y límites a quienes los amenazaban. Dibujé un Máster en Coaching que me ha ayudado a seguir dibujando lo quiero dibujar. Dibujé un trabajo que no me gustó, y lo borré, así que dibujé otro con colores más alegres. Dibujé viajes, mares, ríos, montañas, ciudades, amaneceres y atardeceres. Dibujé bailes, besos y abrazos. Dibujé arrebatos e improvisación y dibujé el tiempo con mis colores favoritos. Dibujé admiración hacia las personas que me rodean, hacia las que ya estaban y hacia otras que han llegado, y un gran agradecimiento por ello. Dibujé aprendizajes nuevos de situaciones difíciles. Y en la adversidad dibujé felicidad, porque ésta no surge de la nada, no es algo que te toque o te huya, es algo que uno decide buscar y construye con decisión y empeño.
Yo decidí empezar a dibujar en mi nuevo lienzo a principios de 2017, y ya tengo un hermoso cuadro que en 2018 seguiré pintando.
Más que orgullosa: ¡Agradecida! Por esta segunda vida que he tenido la suerte de poder dibujar con los únicos materiales que necesito: amor y salud. Y que son lo único que le pido al 2018, para mí y para vosotros. El lienzo y el pincel ya corren de nuestra cuenta…
 
 
 

OS DESEO, COMO EL AÑO PASADO POR ESTAS FECHAS:
 
¡¡¡UNA MUY FELIZ VIDA,
SABIDURÍA PARA APRECIARLA Y
SALUD PARA DISFRUTARLA!!!

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