¡Buenos días a todos!
Una de las preguntas que más me han hecho desde que empecé con esta odisea es «cómo empezó todo», «cómo me di cuenta», qué día vas y dices: «pero qué coño es esto?!!»
Este post está íntimamente unido a un tema de suma importancia y que todos debemos tener en la cabeza sea cual sea nuestra edad: LA PREVENCIÓN.
Yo aprecié la existencia de lo que luego resultó ser cáncer de mama con 30 años. Es posible que pudiera haber actuado antes, pues, cuando se dio la voz de alarma, el tumor ya medía 4 cm. Y en estas cosas ya se sabe, y si no, toma nota: CUANTO ANTES, MUCHO MEJOR.
Me desarrollé y tuve la primera menstruación (menarquia ) muy pronto, con tan solo 10 años. Tal es así que la menarquia temprana está considerada un factor de riesgo “MÁS” (entre tantos que hay) para padecer cáncer de mama. En mi caso se cumplió, aunque no lo achaco a esto principalmente, pero esto es otro tema.
A los 13 años noté por primera vez un quiste en el pecho que me obligó a ir al ginecólogo demasiado joven. «No era nada, se iría con el tiempo», y así ocurrió…aunque con la misma soltura que se iba, venía. Acudí al ginecólogo en distintas ocasiones y siempre obtenía la misma explicación: nódulos de grasa que se forman por el propio tejido de la mama, lo cual era frecuente en muchas mujeres y no había de qué preocuparse. Tras los primeros naturales sobresaltos, aprendí a vivir con esos visitantes esporádicos. A esto se unió la circunstancia definitiva: estar preparando una dura y absorbente oposición que no me dejaba tiempo ni para ir al médico, literalmente. Tenía solo un día libre a la semana y, curiosamente, una salud de hierro, por lo que mi cabeza postponía con frecuencia las revisiones ginecológicas al momento en que terminara los exámenes. Revisiones que, por otro lado, debía hacerme para controlar unos quistes llamados dermoides o teratomas, que me descubrieron en los ovarios hace ya una década. No son malignos, simplemente conviene revisarlos por si crecen más de la cuenta, en cuyo caso tendrían que extirparlos; cosa que nunca ocurrió, pero lo que sí consiguieron fue acaparar el protagonismo ginecológico, y el pecho cayó en el olvido… Siendo así las cosas, cierto día de duro estudio no sé ni cuando, noté en la parte inferior de mi mama izquierda, un bulto. Para mí en aquél momento un bulto más, que, como en otras ocasiones, se acabaría yendo. “No le des vueltas y a estudiar, ya se irá,”, pensé. ERROR GARRAFAL.
Pasaron meses, bastantes, quizá más de un año hasta que fui al ginecólogo. Interrumpí el estudio de la oposición porque mi novio y yo íbamos a casarnos ( yuhuuuuuu!!!!), y por fin tuve tiempo para ir a mi revisión periódica de los teratomas. Le pedí al ginecólogo que «ya de paso me mirara el bulto que tenía en el pecho» . Me hizo una ecografía y me dijo que volviera en el plazo de 3 meses, después del viaje de novios, para observar si había crecido. Mi cabeza en ese momento ni contemplaba la remotísima posibilidad de que fuera un cáncer. Por el momento debía seguir esperando y, sobre todo, disfrutar de la etapa tan bonica que estaba viviendo: buscar casa, preparar la boda, preparar el viaje….¡Bendita inocencia! ¡Y bendita pedida de mano que me hizo tomarme un respiro!
En cuanto a la descripción del «bulto» en sí… era fácilmente palpable y tangible (hay otros que no lo son, el mío sí), estaba situado en la parte inferior de la mama, donde roza el aro del sujetador (otro tema del que hablaremos), era bastante duro y, en su etapa más tardía (a punto de ser diagnosticado) creció y empezó a darme pinchazos. En su primera etapa no me pareció diferente de otros que había tenido y que acabaron siendo «NADA».
En mujeres jóvenes es muy común que las revisiones ginecológicas se centren en nuestro aparato reproductor. No se suele mirar el pecho porque no tenemos edad de tener nada en él, y es cierto, pero no por ello es imposible, a las pruebas me remito…así que hagamos un ejercicio de auto-responsabilidad e impulsemos el cuidado de nuestro pecho. ¿Cómo?
- Palpándonos esporádicamente a nosotras mismas. Lo más fácil es hacerlo tumbada boca arriba con movimientos circulares de fuera hacia dentro (incluyendo la axila). Os dejo un vídeo explicativo.
- En el caso de que notemos algo extraño (un bulto en el caso de palparte, sangrados, picores, dolores, hoyos en la piel…), debemos ir al médico. Bien sea a nuestro médico de cabecera, quien nos revisará y, en el caso estimarlo conveniente, nos remitirá a nuestro ginecólogo, o bien ir directamente a nuestro ginecólogo de confianza.
- Cuando tengas una revisión rutinaria en el ginecólogo, aprovecha la ocasión y pídele, si no lo hace por propia iniciativa, que te mire el pecho también. ¡Reivindiquemos su importancia por muy jóvenes que seamos! Pedid que os lo miren TODO. La prevención es la mejor medicina y con una simple ecografía, e incluso solo palpando, puede extraerse una idea muy certera de la realidad. En la amplia mayoría de los casos te irás tranquila a tu casa y hasta otro año, gracias.
Hasta aquí la explicación de cómo noté el bulto y qué hice al respecto. En la siguiente entrada, relativa al diagnóstico, seguiré con la otra parte (la revisión que tenía pendiente al volver del viaje de novios y todo lo que ocurrió a partir de ahí).
Espero que mi testimonio os sea de utilidad (tanto de lo que hay que hacer como de lo que no). Recordad que la prevención puede cambiarlo todo, no tengáis miedo. Lo más normal es obtener resultados benignos, y en el remoto caso de que no sea así, también es importantísimo el diagnóstico temprano de cara a los tratamientos y, por supuesto, a la supervivencia. Hemos de involucrarnos con nuestra salud, ¡¡ÁNIMO CON ELLO!!
Y para despedirme os dejo con dos acciones bien bonitas: ¡pensar y bailar!
Una frase inspiradora, que me encanta y me parece muy reveladora de la relación que hay entre nuestro estado de salud y nuestras emociones:
Y para terminar, una canción muuuuy alegre de la mano de Serrat. Cuánta razón………
Gracias por tu testimonio, por tu sabiduría, por el optimismo, por esa fuerza para mirar las cosas de frente y llamarlas por su nombre y por esos consejos necesarios. Lo comparto porque creo q puede ayudar a muchas personas. Muchos besos.
Muchísimas gracias por este mensaje tan precioso, lo mejor: que pienses que puede ayudar a otras personas. Es el sentido del blog y para mí sería muy gratificante transmitir algo bueno de esta experiencia. Muchos besos para ti también.
Dime que te has curado.
Me he curado!!! Ahora estoy con otros tratamientos (que se pueden consideran «preventivos») y ya he entrado en las dinámicas de las revisiones cada seis meses y todo va saliendo muy bien. Muchas gracias!!!